Estudio de caso
Los controles de calidad en origen son esenciales para que los comerciantes de productos frescos aseguren que el producto que reciben cumpla con los estándares de calidad y sea seguro para su consumo. Un robusto programa de inspecciones y pruebas de productos agrícolas que llegue incluso a las partes más remotas del mundo proporcionan a los importadores internacionales visibilidad en su cadena de suministro, tranquilidad y, en última instancia, reduce los costos a largo plazo.
Este estudio de caso demuestra cómo QIMA ayudó a un importador español de mariscos a establecer un programa de inspecciones y pruebas para verificar la calidad del producto y promover una mayor transparencia en sus decisiones de abastecimiento.
Estudio de caso
El cliente
El cliente es un comerciante de mariscos en Madrid, España, que atiende a los principales minoristas europeos e importa más de 10 millones de kilogramos de productos congelados cada año. La mayor parte de su abastecimiento se hace en China y Vietnam.
Desafío
El cliente se enfrentaba a grandes problemas con la calidad de los mariscos importados de los proveedores asiáticos. Los clientes en España se quejaban frecuentemente de los mariscos que ingresaban. Estos problemas persistentes han puesto en juego la credibilidad de la empresa y se corría el riesgo de perder sus principales clientes minoristas europeos.
Usualmente, los mariscos se cubren con una capa de hielo conocida como "acristalamiento" para mantenerlos frescos. Un truco usado por algunos proveedores asiáticos consiste en agregar más hielo del necesario con el fin de incrementar el peso bruto del marisco y tener relativamente menos sustancia de pescado en el producto final. En consecuencia, los minoristas terminan cobrando por el agua, y los compradores pagan más dinero por menos pescado, lo cual lleva a la insatisfacción del cliente.
El cliente le pidió a QIMA guiarlos en la implementación de un proceso detallado de inspecciones y monitoreo de sus proveedores en regiones remotas de China y Vietnam. El objetivo era tener un mayor control sobre el abastecimiento de su cadena de suministro, remotamente desde España.
Solución
Con nuestra experiencia en inspecciones de mariscos y pruebas de laboratorio, ayudamos al cliente a establecer un proceso de inspecciones completo en la fábrica de sus proveedores en Dalian (China). En una semana, replicamos el proceso en todos sus proveedores de China y Vietnam. QIMA, con su gran red de inspectores, ayudó al cliente a alcanzar la esquina más remota de Asia en tan sólo 48 horas desde la solicitud de servicio.
Diseñamos protocolos de inspección estándar de la industria basados en los requisitos del "NOAA Seafood Inspection Program" para la inspección de pescado (que incluye un plan de muestreo de mariscos, pruebas de olor a ebullición, controles de temperatura, mano de obra y controles de dimensiones). Además, personalizamos el proceso de inspección según los requisitos comerciales del cliente. Se prestó especial atención a nuestras pruebas especializadas de acristalamiento para garantizar que el peso del pescado antes y después del mismo estuviera dentro de los límites permitidos.
Impacto
"Ahora que he incrementado el control de toda mi red de abastecimiento, puedo rastrear la mercancía en cada etapa de la cadena de suministro usando el sistema personalizado en línea de QIMA. Los reportes son transparentes y me ayudan a tomar decisiones antes de importar comida. El proceso de inspección ciertamente hace a mis proveedores más atentos y ha restaurado mi paz mental. Anticipo una colaboración continua con QIMA a futuro", dice el director de la empresa comercial española.
Con sistemas de control de calidad exhaustivos en la cadena de suministro del cliente, el 100% de sus mariscos que salen de Asia a Europa son segura para el consumo y cumplen con todas las regulaciones de calidad. Garantizamos esto por medio de un control sistemático de cada contenedor en la fábrica y probando los contenidos en los laboratorios de especialidad de QIMA, impulsados por Silliker.
En promedio, el 15% de lotes importables son rechazados en origen (fábrica en Asia), pero permite una cadena de suministro más segura, ágil y rentable.
